El gobernador electo expresó que no tendrá continuidad ningún miembro del actual gabinete, pero no descartó, la colaboración de algunos funcionarios.
El nuevo Ejecutivo tendrá menos cantidad de ministerios que el actual. Aún no se han conocido los nombres del gabinete pero lo que se supo es que esas designaciones ya están decididas, a excepción de algunas carteras sensibles como Economía y Energía donde hay más de un apellido como opción.
“Se está trabajando en equipo y mucho de lo que surja de ese trabajo terminará de definir los nombres propios”, deslizó una fuente muy cercana al gobernador electo.
Lo seguro, y que el propio Figueroa confirmó hace tiempo, es que Julieta Corroza y Juan Luis Ousset serán de la partida. También tendrán lugar en cargos ejecutivos aquellos que formaron parte del frente de partidos que conformó para las elecciones que lo consagraron gobernador el 16 de abril.
A su vez, en consonancia con la idea de mostrar un cambio real y más allá del acercamiento y la buena sintonía lograda en el proceso de transición, no tendrá continuidad ningún miembro del actual gabinete, aunque Figueroa no descartaría la colaboración con la gestión de alguno de esos funcionarios.
Al actual mandatario neuquino Figueroa lo piensa como nexo entre el Ejecutivo provincial y el futuro gobierno nacional, sin descartar un posible cargo dentro del directorio de YPF. Y aprovechando la experiencia, que, según entiende Figueroa, Gutiérrez tiene en la gestión, además del conocimiento sobre la industria petrolera.
La otra medida que tomará el gobernador electo es la reducción de la planta política, a sabiendas de que, más allá de algún pataleo, esa decisión no tendrá contra en la opinión pública.
Figueroa asegura a quien quiera escucharlo que esto es posible de hacer y que el objetivo no es llegar con su propia a gente a ocupar esos lugares, sino a darle “eficiencia” al funcionamiento del Estado provincial.
Esa misma eficiencia y control del gasto es la que Figueroa pretende en los tres poderes del Estado neuquino y de ahí el visto bueno que le dio al proyecto de ley del Fondo de Estabilización de Presupuestos de Neuquén (FEPN), que quita un porcentaje a la Legislatura y otro a la coparticipación para ser asignado al Poder Judicial.
El propósito, se supo, no es dar vía libre al uso de esos recursos, dado que ese fondo lo manejará el futuro Ministerio de Economía, que será el encargado de aprobar la asignación.
Es decir, el Poder Judicial no podrá hacer un uso discrecional, sino que deberá solicitar el fondo para una asignación específica que será autorizada o no por Hacienda.
El tema del gasto es la gran preocupación de Figueroa. Por eso metió mano en el presupuesto 2024 y se involucró en la operación financiera (hasta con algún llamado telefónico a potenciales inversores) donde la provincia pudo colocar 100 millones de dólares en Letras, haciéndose de esos billetes ahora para poder cancelar los compromisos en moneda extranjera el año que viene.
El gobernador electo quiere asumir con las cuentas lo más ordenadas posibles, sabiendo que deberá cumplir con los acuerdos salariales del estado atados a la inflación, con la incertidumbre de quién ocupará el nuevo gobierno en La Rosada, y con las expectativas de un horizonte prometedor en recursos de la mano de la actividad hidrocarburífera.
Las regalías son hoy la principal fuente de ingresos de Neuquén (por arriba de la recaudación de impuestos y la coparticipación) y esto, entienden en el gobierno electo, se potenciará a futuro con el incremento de la producción y las exportaciones de gas y petróleo.
Fuente: LMN