La coordinación de estrategias permitió actuar con celeridad para asistir a pobladores, despejar caminos, transportar leña y recuperar la energía eléctrica
El fin de semana extra largo que está a punto de terminar no sólo arrojó postales de angustia, valentía y sacrificio en medio del fuerte temporal de nieve, sino que también puso a prueba la respuesta frente a las adversidades climáticas. El gobierno de la provincia del Neuquén respondió en equipo, no sólo entre los organismos que lo componen, sino también con las comunas afectadas, y el resultado fue la llegada a cada pueblo y paraje, muy a pesar de que -para ello- tuvieron que abrirse paso por caminos que -en muchos casos- tenían más de un metro y medio de nieve. La coordinación de estrategias fue la clave para actuar con celeridad.
Una de las instantáneas que recorrieron las redes mostró a un operario del Ente Provincial de Energía (EPEN) en lo alto de un poste, mientras intentaba devolverles el servicio de luz a vecinos de Coyuco-Cochico. Al pie del poste se ven los caballos con los que llegaron él y el compañero que le sacó la foto, porque transitar en camioneta era lisa y llanamente imposible. No sólo el trabajo del EPEN fue fundamental en la gélida geografía del Norte cordillerano. También lo fue el de los efectivos de la Policía y el de los operarios de la dirección provincial de Vialidad, que ordenaron y despejaron rutas, mientras asistían a los automovilistas (varios de ellos, comprensiblemente asustados).
La presencia territorial del Estado fue determinante. La ministra de Desarrollo Humano, Gobiernos Locales y Mujeres, Julieta Corroza, condujo y coordinó acciones. Entre otros, con el delegado regional, Gustavo Coatz y con la secretaria de Cultura, Inclusión y Gestión Comunitaria, Miriam Abojer, quien procuró que la leña seca llegara a donde tenía llegar, aunque transportarla fue complicado. Todo con el respaldo permanente del Centro de Operaciones de Emergencia, que encabezó la secretaria de Emergencias y Gestión de Riesgos, Luciana Ortiz Luna.
Los paisajes nevados del bello Norte neuquino tuvieron su contratara en las urgencias que el temporal generó entre la población. De hecho, hubo alerta naranja, circulación interrumpida, falta de luz y paredes y techos que lamentablemente se filtraron. La nieve acumulada fue más que importante y, en consecuencia, su peso también. Los intendentes y las jefas comunales, que conocen a la perfección las localidades que gobiernan, guiaron a los equipos incluso hasta las viviendas más alejadas de las concentraciones urbanas, mientras el EPEN reparaba tendidos en una prueba irrefutable de aquello que suele repetir el gobernador Rolando Figueroa: sólo las empresas del Estado llegan a aquellos lugares a los que las compañías privadas difícilmente tengan intenciones de hacerlo, por la sencilla razón de que no son económicamente rentables.
El EPEN es una empresa del Estado neuquino y llegar a esos lugares es su obligación. Y, como pudo apreciarse, sus operarios van más allá de eso y siguen adelante, aunque tengan que abrirse paso a caballo y desciendan de ellos con la nieve a las rodillas. Lo mismo los equipos de Vialidad, más que acostumbrados a estos grandes desafíos de un clima cada vez impredecible, cada vez más cambiante.
En la región de Los Miches y alrededores, el temporal derribó más de 50 postes de luz, mientras que en Huinganco tuvieron que usar maquinarias con orugas para llegar a las instalaciones y reparar el sistema de agua potable. El Norte es uno solo, gustan decir los lugareños, en especial aquellos que peinan canas. Y en la adversidad lo demostraron: el trabajo fue mancomunado, codo a codo, espalda contra espalda (y con rostros congelados). La nieve es parte de la identidad provincial, es bien neuquina y se la valora, pero también genera estas cosas. Y hay que estar preparados.
El paraje Butalón quedó literalmente aislado y las cuadrillas tuvieron que extremar esfuerzos para despejar el camino, mientras la nieve no paraba de caer para volver a taparlo. En ese mismo momento, había quienes rescataban animales y otros que esperaban ansiosos la llegada (desde Zapala) del grupo electrógeno por el que imploraban para devolver la energía a Los Guañacos.
El panorama fue estresante, para pobladores y operarios. Pero la confianza y el compromiso hicieron que no hubiera histeria ni caos, incluso cuando llegó el momento de trasladar a pacientes para ponerlos a salvo. La calidez también combatió al frío.
En Las Ovejas asistieron a los adultos mayores y contribuyeron tanto con la impermeabilización de viviendas como con la provisión de leña seca. En Varvarco usaron un tractor para abrir caminos y en aquellos lugares más complejos se usaron motos de nieve y orugas. Precisamente, desde Varvarco, la ministra Corroza expresó: “La idea es estar al lado de las personas, tanto de los equipos que están trabajado, del EPEN, de Vialidad, de la Policía y de la secretaría de Emergencias, como de los intendentes e intendentas”. Destacó que la asistencia se enfoca en “asistir para que podamos llegar a cada neuquino y neuquina”; y recordó que, “desde el primer momento en que asumimos la gestión, el pedido del gobernador fue cercanía con la gente, un Estado presente en el territorio”, especialmente ante circunstancias como estas.
En Manzano Amargo la nieve sorprendió a familias enteras que necesitaron la asistencia con alimentos -ya que sus viviendas estaban aisladas- y hasta ahí llegaron las cuadrillas. Por supuesto que hubo evacuados, pero también un contacto directo con los vecinos, y fue precisamente eso lo que los ayudó a mantener la calma y a prepararse para lo que sigue, porque si bien pasó el temporal es altamente probable que sigan las nevadas. Por lo pronto, todos los organismos del Estado quedaron instalados allí, donde hacen falta.