Se cumplen 44 años del fatídico accidente que se llevó la vida de 17 vecinos, empleados y pioneros del Cerro Chapelco

Hoy, 5 de marzo, es un día de duelo para San Martín de los Andes. Se cumplen 44 años del fatídico accidente que se llevó la vida de 17 vecinos.

Eran las 17.30 de ese gris y húmedo 5 de marzo de 1979 cuando se produjo el trágico accidente. El micro que los transportaba de regreso a sus hogares por la Ruta 7 Lagos se precipitó al Lago Lácar, cobrando la vida de Ernesto Cofré, Bernabé Cheuquepan, José Anadur Durán Toloza, Hugo Eduardo Ege., Simón Larenas Pasmiño, Inés del Carmen Pino Contreras y su hija María Inés Aguilar Pino, Luis Alberto Prieto, José Hernán Rivas Acuña, Héctor Alejandro Roa Garcés, José Bernardo Roz, Rubén Antonio Saavedra, Domingo Saavedra Navarrete, Julio del Carmen Valderrama, José Galindo Vázquez, Remigio Jaramillo Tagle, Silvia Emile Velozo.

También fueron protagonistas de ese accidente los trabajadores José Aguilar, Hernán Prieto, Norberto Cortez, Rodolfo Cardozo, Max Sebastián Manríquez, José Saavedra, Delmar Ferreyra, Juan Carlos Agüero, Lorenzo Caifil, José Cofré, Juan Ferrada, Hernán Saavedra, Alberto Egea, Luzmira Riquelme, Juan Reynoso y Daniel Ferrada, quienes sobrevivieron al terrible suceso, algunos con grandes secuelas físicas y psicológicas.

En el lugar fue enclavada una cruz sobre una construcción de piedras como símbolo de la tragedia. A su vez, en el 2018 se colocó una placa recordatoria en el mismo lugar, bajo el lema “SENDERO DE LA PAZ – LA PAZ PREVALECE EN LA TIERRA”.

Desde el año 2019, el Deliberante estableció cada 5 de marzo como fecha de duelo para la ciudad de San Martín de los Andes, en el marco de la Ordenanza Nº 12.228/19.

Nadie imaginaba que esa tarde sería de despedida. Que la camaradería, la unión y la amistad se enlutarían con tanta tristeza.

Hoy, como cada año, familiares y funcionarios municipales compartieron un sentido homenaje en el que se además se colocó una nueva placa conmemorativa.

Hoy, con las banderas izadas a media asta, recordamos a todos y cada uno de los vecinos cuyas vidas fueron arrebatadas, deseando que sus familiares y amigos encuentren la paz en el recuerdo, en la memoria viva, que nunca se apagará.

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